miércoles, 17 de diciembre de 2008
Bahía Blanca, desde mañana, delivery
Enviar e-mail a revistalaquetrofila@gmail.com y acordamos punto de encuentro!
domingo, 7 de diciembre de 2008
Distribución en Chile
Librería Altazor, Galeria Somar, Viña del Mar
Delivery Q: en Plaza Aníbal Pinto
(mandar mail para concertar)
Valor en pesos chilenos: $800 revista
$1400 con DVD de entrevistas
viernes, 5 de diciembre de 2008
Presentación N°3 en Valparaíso, Chile.
martes, 2 de diciembre de 2008
Sistema Delivery Q
Envianos un e-mail a la casilla, arreglamos un punto de encuentro útil a ambas partes, y hacemos entrega de la revista a cambio del precio de tapa.
¡Todas las esquinas de Buenos Aires se transforman en un quiosco de Quetrófilas ambulante!
La semana próxima llegan Quetrófilas a Valparaíso, Chile.
Ya estamos en:
Lilith Libros- Avenida Santa Fe 3753, esquina Botánico
Crack Up- Costa Rica 4767
CCPachamama Argañaraz 22 esquina Estado de Israel y Pringles
sábado, 29 de noviembre de 2008
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Novela colectiva por entrega II
NOVELA COLECTIVA
II ENTREGA
por Natalia Moret
- Hay algo mal en ese texto.
Todos se quedaron esperando que profundizara o que diera motivos para un veredicto tan contundente sobre el texto que acababa de leer Martín, pero Angélica no dijo nada más. Así era ella. Lo que en otros alumnos del taller podía parecer arbitrario, en ella sonaba enigmáticamente irrefutable. No fundamentaba. No eran opiniones. Era lo que flotaba en el aire. El espíritu de aquí y ahora. Cuando ella terminaba de hablar, el resto -incluido el profesor- se quedaba en silencio unos segundos, dejando que la sentencia terminara de ponerse cómoda en sus cabecitas de corriente mortal inseguro. Y entonces Angélica, sin terminar de darse cuenta de lo que provocaba, tomaba un trago de café o mordía una galletita y se comía como sin querer el silencio de los otros, que se sentían devorados.
Era martes a la tarde. Cada martes a la noche, después de irse del taller, Martín soñaba con Angélica.
Esa tarde, después de Angélica, primero un alumno y atrás de él una alumna dijeron cosas acerca de la verosimilitud del texto de Martín, de cómo le jugaban en contra las descripciones fantásticas, del abuso de adjetivos, del efecto contraproducente de la ambigüedad. Angélica daba el pie y los demás redundaban. Por eso nadie la invitaba a cenar con todos cuando salían del taller. Por eso Martín la deseaba tanto o deseaba tanto que ella lo deseara. Por eso Martín sí la invitaba a cenar con todos cuando salían del taller, aunque ella dijera siempre que no.
- ¿Venís a comer?
- No, gracias. La próxima.
Y punto. Salvo esa noche, que ella dijo:
- ¿Querés acompañarme?
Fueron segundos terribles, contradictorios, los que Martín se tomó para responder. Durante esos segundos fue como si Angélica no controlara todo. Martín se dio cuenta de que la había sorprendido con su silencio y esto lo hizo sentir al mando. De un barco en una tormenta, porque ella podía arrepentirse si él dudaba tanto y retirar la invitación y hacer que él se estrellara contra un iceberg. Pero al mando al fin. Aceptó.
Empezaron a caminar por Pueyrredón hacia Santa Fe, para el lado de Corrientes. Martín se acomodó la mochila sobre los dos hombros para que le pesara menos y metió las manos en los bolsillos de la campera. La calle estaba llena de gente que volvía de sus vacaciones. Era marzo, un día más frío que el promedio, y el año empezaba a empezar. La calle estaba llena de gente bronceada, abrigada, con muchas expectativas. Ella no decía nada.
- ¿Cuántos años tenés, Angélica?
- Diecisiete. ¿Vos?
- Diecinueve.
- …
- ¿Por qué te pusieron Angélica?
Quería decir si le habían puesto Angélica porque era como un ángel, pero también que Angélica era un nombre único, más común entre mujeres de otra edad, no la edad de ella, y que nunca había conocido otra chica que se llamara así. Angélica se rió.
- ¿Y a vos por qué te pusieron Martín?
- Por Martin Luther King. Mi mamá quería que yo tuviera algo de él.
- Ah, sí?
- Sí. Decían que nada en el mundo podía justificar la violencia. Hasta que se divorciaron. Ahí empezaron a matarse.
Angélica se rió más fuerte, Martín sintió que el corazón se le desaceleraba y volvía a respirar con calma.
- Che, yo te re acompaño… pero dónde estamos yendo?
- Sos gracioso, eh. A lo de una amiga. Vamos a buscar una cosa.
Lo alegró eso de “vamos”, que ella ya hablara de ellos como de un nosotros. Tal vez Angélica vio que Martín se retorcía de hambre.
- ¿Tenés hambre? Porque ahí no creo que podamos comer.
- No, no tanta, todo bien…
- ¿Seguro?
- Sí, seguro – pero se le notaba mucho que sólo quería complacerla.
- ¿Querés parar acá?
Era una estación de servicio. Angélica no quería comer, pero era obvio que él sí, y además su amiga la esperaba recién después de las diez y media, así que estaba bien hacer algo de tiempo. Martín agarró un sándwich de milanesa, se arrepintió –porque no quería tener gusto a ajo, porque fantaseaba con un beso de despedida- y se quedó con uno de jamón y queso. Se sentaron en una mesa cerca del vidrio que daba a la playa de la estación, él con su comida y un jugo de naranja, ella con un café. Del auto estacionado justo enfrente de ellos bajaron dos hombres con bolsos negros y un perrito blanco. Ataron al perro a la manija de la puerta y caminaron hasta que Martín los perdió de vista. El perrito ladró un poco hasta que se cansó y se echó.
- ¿Te gusta escribir?
Se lo preguntó de la nada, y le dio un sorbo al café caliente que le quemó la lengua. Martín aprovechó que tenía la boca llena para darse tiempo y pensar qué responder. Masticó más despacio que lo que le proponía su estómago vacío. Claramente: quería ser escritor, pero ¿gustarle escribir? No sabía. Sabía que le gustaba el chocolate, porque se metía un pedazo en la boca y dejaba que se le deshiciera de a poco con los ojos cerrados, desparramándolo bien por la lengua y por el paladar para sentirle mejor el sabor. Sabía que le gustaba la canción “Mother”, de Pink Floyd, porque cuando estaba deprimido ponía “Mother” y se emocionaba, y cuando estaba activo ponía “Mother” y se emocionaba, y cuando estaba apático ponía “Mother” y se emocionaba. Sabía que le gustaba Angélica, porque se la imaginaba desnuda y quería darle besos y tenerla para él. Pero cuando se sentaba a escribir, escribía dos líneas y paraba para pensar en Angélica, o para comer chocolate, o escuchar “Mother” y tirarse en la cama a esperar.
- Sí, claro. No es que sea un hobbie reemplazable por otro – dijo Martín, sintiéndose trágico.
- ¿Y de dónde sacás las cosas que escribís?
- No sé –dijo, y después de pensar agregó- Creo que las invento.
Angélica lo miró bastante seria. Las cejas nunca depiladas, con algunos pelos que le crecían cerca de los párpados y por la nariz, le desordenaban un poco la cara tan perfecta y la hacían todavía más sorprendente. Tenía los cachetes rosas y un lunar del tamaño de una mosca en el pómulo derecho. Los labios con forma de corazón, como dibujados. Tenía los ojos verdes, uno más oscuro que otro, y Martín nunca se había dado cuenta.
- Tenés los ojos de distinto color.
- Sí. Me cambian con el clima – y se rió.
Le pareció rarísimo, a Martín, eso de que le cambiara un ojo sí y el otro no, o que le cambiara uno más que el otro, pero no se animó a preguntar si le estaba haciendo un chiste, por miedo a ofenderla o, peor todavía, a quedar como un tonto. Así que se sonrió lo más ambiguamente que pudo y le dio otro mordisco al sándwich. Miró por la ventana, como para cambiar de tema. El perrito se había levantado y caminaba en círculos, sorteando con bastante destreza la soga que se le enredaba entre las patas.
- Hoy no dije nada cuando empezaron a corregirte cosas porque no quería hablar adelante de ellos, pero yo no quise decir que tu texto estaba mal escrito, sino que hay algo mal. Algo que no me cierra.
Ahora ella también miraba hacia fuera, hacia el perro, aunque no parecía muy interesada en lo que pasaba en la calle. Martín se quedó callado esperando que dijera algo más. No entendía muy bien de qué le estaba hablando, y en especial no sabía qué le pasaba, pero era claro que se había puesto algo inquieta.
- Dijiste que la paloma chocó contra la pared y cayó, ¿no? – él asintió, Angélica siguió preguntando – Y que después de eso una voz anunció por altoparlantes que el tren estaba por salir, ¿no?
Confundido, pero con interés creciente, Martín atinó a buscar la copia del texto en su bolso. Ella apoyó una mano sobre la suya y lo interrumpió.
- ¿Qué hacés?
- Voy a fijarme. Lo escribí muy rápido, antes de salir al taller. Lo escribí para no ir con las manos vacías. Ni me acuerdo bien qué dice.
- No puede ser, tenés que acordarte – y mantuvo la mano apoyada sobre la de Martín, esperando que él trajera recuerdo – Necesito que te acuerdes.
- ¿Por qué? ¿Qué pasa?
Angélica abrazó la taza de café con las dos manos, para darse calor, y dio un sorbo. Después volvió a mirarlo seria como un rato antes.
- Yo estuve ahí – dijo – Vamos a la casa de mi amiga. Tengo que mostrarte algo.
viernes, 14 de noviembre de 2008
lunes, 10 de noviembre de 2008
Más definiciones de "Quetrófila" desde la Feria de Editoriales Autogestionadas FEA

* Un punzón a pila
* Reírse tanto que dan ganas de llorar
* Una especie de sapo
* Una especie de barrabrava, propio de la zona del gran Temperley, pcia. de Buenos Aires.
* Una persona con trastorno compulsivo de personalidad que la impulsa a pretender conocer insistentemente el "Qué" de la situación. Las personas que sufren de Quetrofilia suelen ser marginadas por la sociedad y tienden a agruparse entre ellas.
* Es un agregado de algo, una imagen compuesta. Es lo que está vivo en cada uno!
* Afinidad sobre la querencia y las vivencias...
* Fan del Quetró (Letras afganas)
* Locomotora del último pueblo del sur
* Planta carnívora
* Que es amante de una troglodita
* Origami; instrumento de la cultura Tarahumara
* Cerebro atrofiado
sábado, 8 de noviembre de 2008
domingo, 26 de octubre de 2008
miércoles, 22 de octubre de 2008
Orden en la sala!
www.quetro-giornale.blogspot.com
reseñas de libros, discos, teatro, muestras, páginas web y etcéteras, ahí.
domingo, 19 de octubre de 2008
viernes, 17 de octubre de 2008
lunes, 6 de octubre de 2008
JUEVES 16/10
domingo, 5 de octubre de 2008
Fotos del 18/9
martes, 30 de septiembre de 2008
Teatro

Actúan: Salomé Boustani, Julieta Halac y Gisela Vlatko
Asistente de dirección: Lucila Brea / Escenografía: Cecilia Zuvialde /Diseño de iluminación: Carolina Sosa /Vestuario: Cecilia Zabaleta / Diseño gráfico: Julieta Domínguez /Fotografía y diseño postal: Nicolás Porta /Prensa: Carolina Alfonso
www.misilchildren.blogspot.com /Viernes 21hs /Abasto Social Club Humahaca 3649 - CABA
Misil Children!: Un modelo para desarmar
por Laura Lattanzi
¿Qué solemos hacer cuando no podemos dormir? Tomar un vaso de leche, una copita de licor o whisky, arrasar un paquete de galletitas, “googlear” la raíz griega de la palabra insomnio, planear la vida de los próximos cinco años con una profunda convicción de cambio, enganchar una película norteamericana desconocida de los años ochenta muy mala… y la lista es interminable. Porque ¿Quién realmente combatió el insomnio contando ovejas? Pero sobretodo, o al menos en mi caso y en el de muchos, en momentos en que no se puede conciliar el sueño damos vueltas y más vueltas a nuestras experiencias, que se revelan traumáticas. Por ello, es quizás en este momento singular e individual, cuando la construcción de nuestra memoria subjetiva se encuentra en grandes procesos de interpelación, cuestionamiento y, claro, también construcciones. Es así que surgen los recuerdos: como cosificaciones del proceso azaroso de nuestra memoria, en una noche de insomnio. La obra Misil Children de Mariana Levy refiere a esta situación.
Tres hermanas en una misma habitación, una de ellas no puedo dormir e incita a las demás a pasar una noche tejiendo recuerdos. La obsesiva-perfeccionista, motiva a reconstruir los recuerdos “tal cual sucedieron”, pero a lo largo de la obra esta empresa se devela como imposible. Se recurre a diversos registros y formas: videos, recreaciones de escenas, canciones, pero las tensiones surgen cuando la fantasía quiere filtrarse reclamando también su legitima participación, que rechaza la hermana más perfeccionista, calculadora de lo verosímil como realidad, una “positivista”, si se me permiten el exabrupto.
En la formulación freudiana el olvido es un proceso activo de represión que tiene por objetivo proteger al individuo de la ansiedad, el miedo, los celos y demás emociones difíciles. Pero cualquiera, con un “Freud para principiantes en la cabeza”, sabe que lo que hemos reprimido aflora luego de maneras que pueden llegar a la perversión, así que ¿por qué mejor no combatirlo y sacarlo todo fuera? Esta es la tarea que emprenden esa noche las tres hermanas que bien dan cuenta cada una de la ansiedad, el miedo y los celos.
El trabajo actoral de las tres hermanas, únicos personajes de la obra, es destacable; así como también la dirección muy bien ideada de su joven directora: Mariana Levy. Como resultado obtenemos la caracterización de personajes con personalidades bien, y por qué no, estrictamente definidas, que nos permiten pensar en la ya hoy tan discutida problemática de una construcción subjetiva de la memoria, pero rescatando su proceso en micro contextos fragmentarios.
sábado, 20 de septiembre de 2008
Por: Laura Ventura - 19/09/2008 en Culturar
Guido Arroyo visitó la Argentina para presentar algunos de sus textos. La figura del poeta, la crítica y la relación entre los vecinos trasandinos son algunos de los temas que analiza este escritor chileno de 22 años, que ya lleva 2 libros de poesía publicados...
Nota sigue [acá]
jueves, 11 de septiembre de 2008
NOCHE DE POESÍA
sábado, 16 de agosto de 2008
¿Qué quiere decir "La Quetrófila"?
Contanos qué quiere decir para vos!
jueves, 14 de agosto de 2008
Número tres en camino
Sorpresas, sorpresas.
*
¡Paciencia!
domingo, 10 de agosto de 2008
martes, 5 de agosto de 2008
Presentación Diego Alfaro, en la UDD, Santiago.
Nosotras, las Quetrófilas, no podemos menos que estarles eterna y enteramente agradecidas.
La Quetrófila
Presentación
Por Diego Alfaro Palma
Mi interlocutor era Lucas Funes, con el que no pude parar de reír durante esos días que vagué entre distintas casas de amigos. Me contó que estaba escribiendo crónicas de su viaje por Chile, de los escritores y personajes que había conocido, entre las que diagramaba sus visiones del paisaje y las eternas impresiones de un tópico tan antiguo como el Poema de Gilgamesh o
En Chile siempre hemos admirado la capacidad editorial argentina, sentimiento que es ya parte de un complejo que nos aqueja principalmente en nuestros días. Por estos lados han existido elementos valiosos:
Su experiencia no puede ser para nosotros sino un gran empujón a aprender del prójimo, y en especial de una frase –componente esencial de su criterio editorial- que me ha quedado dando vuelta: “La mayoría de los cuentos y poesías llegan a la casilla del mail y en esos mails buscamos trabajos que sean prolijos y con algún destello de genialidad, porque para hacer una revista de medio pelo no la hago, con el trabajo que cuesta”. Esto junto a su presentación como “una poesía para recortar y regalar”, nos hace martillarnos la cabeza con la cuestión eterna del sedentarismo literario: “¿Qué estamos haciendo para llegar a otro?”. Ellas van a las fuentes, potenciando el piscinazo de escritores y críticos jóvenes, participando del apretujado paisaje de los kioscos de Buenos Aires, invitando a sus lecturas a extranjeros –como podríamos ser nosotros- entendiendo que la literatura es más que “el paraíso del tonto solemne”, como diría Nicanor Parra, sino un riesgo, algo así como la vida, y otro poco de la valentía de perder el equilibrio y esperar la contraparte.
domingo, 3 de agosto de 2008
Martes en la Universidad del Desarrollo, Santiago
“La Quetrófila” es un espacio editorial que reúne lo mejor de la nueva generación de autores argentinos, en el que también han sido incluidos autores chilenos como Jorge Polanco, profesor de la Escuela de Literatura UDD, y Guido Arroyo. Revista a cargo de un grupo editorial que no supera los 26 años de edad.
Por estos días el equipo editorial de “La Quetrófila” visita nuestro país, hecho que no puede sino ser un intercambio potente de ideas acerca de los medios de publicación en nuestro país y las formas de distribución de las nuevas obras publicadas. Una oportunidad tanto para alumnos de literatura de la UDD, como de otras carreras, para ver el trabajo de cuatro jóvenes argentinas y los retos y demandas que exige la labor creativa en sus fuentes, es decir, en el papel.
El lanzamiento comenzará con la presentación del segundo número de la revista argentina, a cargo del poeta chileno Diego Alfaro, alumno de la escuela, y la escritora argentina Valeria Tentoni, directora de “La Quetrófila”. Tras la presentación se realizará una lectura poética – narrativa chileno trasandina.
Cuándo: Miércoles 30 de julio a las 19:00 hrs.
Dónde: Sede Lastarria /Villavicencio 395, esq. Lastarria /metro UC
domingo, 27 de julio de 2008
viernes, 25 de julio de 2008
Fecha Santiago
Casa Roja de la UDD
19:30 hrs. (Sede Lastarria)
Lectura y Presentación
Diego Alfaro/ Víctor López /David Bustos/ Angel Valdebenito
Ximena Venturini / Marian Lutzky/ Valeria Tentoni
jueves, 24 de julio de 2008
miércoles, 23 de julio de 2008
Fechas Valparaíso

Seminario de Reflexión Poética, y Taller de Poesía,
Centro Cultural
Jueves 31 de julio, 19:00 horas
- Encuentro con el Taller de Poesía:
Viernes 1º de agosto, 16:00 horas
- Recital público y entrega de los libros traídos como donación para
Viernes 1º de agosto, 19:00 horas
miércoles, 16 de julio de 2008
Entrevista Culturar, por Laura Ventura

NOVELES // CUANDO LOS AMIGOS COMPARTEN UNA PASIÓN
Por: Laura Ventura - 14/07/2008
La Quetrófila, una publicación que le da una brisa de aire fresco al ambiente literario local, es, además de un grupo de jóvenes emprendedoras, un rincón en el que cuatro amigas se dan cita para crecer como personas, lectoras y artistas. Gracias a este proyecto viajan a Chile para presentar la revista en la casa de Pablo Neruda.
(la nota sigue acá, en WWW.CULTURAR.COM)
miércoles, 2 de julio de 2008
DONACIONES La Sebastiana, Chile
Estaremos presentándonos en Chile entre el 28 de julio y el 4 de agosto. Vamos a pasar por Santiago, San Felipe y Valparaíso. En este último lugar, estaremos entregando una caja con donaciones a la biblioteca del C.C. La Sebastiana (sito donde supo ser la casa de Pablo Neruda). Todas las publicaciones (libros-revistas-plaquetas) están invitadas a donar, nosotras nos comprometemos a hacerlas llegar en buen estado a los ávidos lectores trasandinos...
Nos parece, por lo menos, simpático este intercambio, ya aprendimos que "los hermanos sean unidos..."
Ya recibimos las siguientes publicaciones y se siguen sumando...
Libros
* Aíta, Fernando. Épica Chusma. Colección Pez Plátano, Buenos Aires, Editorial Dock, 2007.
* Delaney, Juan José. Marco Denevi y la Sacra Ceremonia de la Escritura, Buenos Aires, Editorial Corregidor, 2006.
* Del Percio, Daniel Clemente. Archipiélago. Buenos Aires, Letras del Sur Editora, 2007.
* Lamberti, Luciano. San Francisco/ Córdoba. Buenos Aires, Editorial Funesiana, 2008.
* Oliveira, Lucas. Poesía Para Gerentes. Buenos Aires, Editorial Funesiana, 2008.
* Rojas Ayrala, Ricardo. Quaestiones Politicae: seis relatos sobre la certeza. Buenos Aires, Editorial La Bohemia, 2006.
Revistas
* La Tostadora Moderna: Revista de Humanidades. Dirigida por Agustín Pedro Coto. Buenos Aires.
* Los Asesinos Tímidos: Revista de opinión literaria. Dirigida por Juan José Burzi. Buenos Aires. * Revista Literaria Esperando a Godot. de Víctor Malumián y Hernán López Winne. Buenos Aires.
* Revista Árbol de Jítara. Directores Juan Manuel Fernández y Anahí Alejandra Ré. Córdoba.
* Revista La Gallina Degollada. Director Hernan Bayón.
* Revista Sudestada; cultura política y actualidad. Dirección Ignacio Portela, Hugo Montero, Walter Marini.
* Revista Interrupciones. Direccion Sebastián Quiroga Torres y Natalia González.
Estamos armando también un archivo de revistas online. Si querés que tu revista participe, comunicate a la misma dirección. Entre ellos:
* Revista No-Retornable http://www.no-retornable.com.ar/
* Revista Atmósfera http://www.revista-atmosfera.com.ar/
* Revista El Interpretador: literatura arte y pensamiento http://www.elinterpretador.net/
* Revista La Tostadora Moderna http://www.tostadoramoderna.com.ar/
* Revista El Margen http://revistaelmargen.wordpress.com/
Estamos armando un archivo de video a proyectar en San Felipe y Valparaíso, sobre los ciclos de narrativa oral en Buenos Aires. Ya pasamos por;
* Noche de cuentos Alejandría. Organizada por Clara Anich, Edgardo Scott y Juan José Burzi.
* El Quinteto de la Muerte. Organizada por Federico Levín, Leo Oyola, Ignacio Molina, Ricardo Romero y Lucas Funes Oliveira.
* Los Mudos. Organizado por Lucas Funes Oliveira, Matías Pitrella y Facundo Palazzolo.
* Ciclo Carne Argentina. Organizado por Selva Almada, Julián López y Alejandra Zina.
* Ciclo La Manzana en el Gusano. Coordinado por Lisa Cargnelutti, Nurit Kasztelan, Heber Ortiz y Germán Rosati
* Jam de escritura. Idea y producción Adrián Haidukowski
miércoles, 25 de junio de 2008
miércoles, 18 de junio de 2008

domingo, 1 de junio de 2008
lunes, 19 de mayo de 2008
FOTOS FIESTA!
YA ESTAMOS EN
Lilith Libros *santa fé 3753*
Quiosco de revista esquina Santa Fé y Aguero
viernes, 2 de mayo de 2008
Vení, Raquel
jueves, 20 de marzo de 2008
ENTREGA I
La novela colectiva por entrega funciona como una novela por entrega mezclada con un cadáver exquisito.
Voilá!
ENTREGA I
POR JUAN DIEGO INCARDONA
Estaba volviendo a casa; eran las siete de la tarde. Entré a la Estación Once por la entrada más angosta de Pueyrredón.
Las expendedoras no funcionaban y el cartel electrónico que marcaba los horarios de salida se apagó. Las colas en las ventanillas hacían nudos marineros. Por suerte tenía boleto de ida y vuelta. Los pasajeros avanzaban. Los molinetes giraban descontrolados. En los andenes no cabía un alfiler. Había personas trepadas a una columna. La gente se quejaba. Los trenes estaban demorados.De pronto, se escucharon cohetes. Un grupo se abrió paso. Muchos empezaron a correr. Las bocas se disputaban el poco aire que quedaba y cientos de manos golpeaban las chapas de los vagones. El volumen aumentaba progresivamente y levantaba los latidos de mi corazón, que me retumbaba hasta en la cabeza.
La serpiente humana se mordía la cola en la entrada de los andenes y después enfilaba hacia el oeste. Barquitos repletos navegaban alrededor de los puestos de venta. La tripulación llevaba gorros con visera. Una banderita argentina rebotaba en el aire, manipulada por el viento caliente que escupía el motor de una máquina.
No sabía qué hacer, estaba encerrado por mil cuerpos. Ahí no existía la libertad ni la esperanza. El atardecer se volvía negro como la grasa. La estación se teñía de oscuridad tornasolada. Los placeres se convertían en momentos recónditos, imposibles de ser recordados. Alguien se reía y eso resultaba increíble. La carcajada era grotesca. Quizás una persona se burlaba en el futuro, mirando la tele con humor negro, después de una tragedia.
Las quejas recrudecían. Había empujones. La gente chocaba contra la formación estacionada del Sarmiento. El pánico abría huecos en el laberinto anatómico. Se escuchaban amenazas. Las caras estaban pálidas, quizás enmascaradas. Veía rosarios de plástico, estampitas y una luz insoportable, que me enceguecía a la derecha, reflejada en los anteojos de una mujer.
Una paloma estaba atrapada. Buscaba la salida, pero rebotaba una y otra vez contra el techo. Le salía espuma del pico. Una mano asomó de las cabezas y le tiró una lata. Esto llamó la atención del resto. La paloma esquivó el proyectil. El rumor crecía. Mientras tanto, ella iba y venía a toda velocidad. Todos la miraban. Era como una obra de teatro. La platea estaba repleta. Ya no quedaban entradas para ver a la paloma, que ahora planeaba decidida hacia adelante. Parecía que iba a salirse. Había expectativa. Efectuaba maniobras pero de a poco perdía energía. Finalmente, chocó contra la pared y cayó.
Una voz anunció por los altoparlantes que el tren estaba por salir. “Rápido a Flores. De Flores rápido a Liniers, parando después en todas las estaciones intermedias”. Se abrieron las puertas en el andén 4. La avalancha produjo olas humanas gigantescas. Había desesperación. Una fuerza sobrenatural me arrastró por debajo de la línea de flotación y me empujó mar adentro hacia los vagones. Me faltaba el aire. Estaba mareado. Se me cerraban los ojos.