sábado, 16 de agosto de 2008

¿Qué quiere decir "La Quetrófila"?

Tomás, desde Valparaíso, define.
Contanos qué quiere decir para vos!

jueves, 14 de agosto de 2008

Número tres en camino

El equipo de La Quetrófila ya está trabajando en el próximo ejemplar...
Sorpresas, sorpresas.
*
¡Paciencia!


domingo, 10 de agosto de 2008

Nos trajimos de Chile algunas -varias- cosas
pueden degustar algo de aquello en las siguientes direcciones...
[listado en construcción]

martes, 5 de agosto de 2008

Presentación Diego Alfaro, en la UDD, Santiago.

A continuación el texto de presentación de Diego Alfaro, quien junto a Guido Arroyo organizó la presentación de la revista en la sede Lastarria de extensión de la Universidad del Desarrollo, en Santiago de Chile.
Nosotras, las Quetrófilas, no podemos menos que estarles eterna y enteramente agradecidas.

La Quetrófila
y algo que nos está pasando

Presentación

Por Diego Alfaro Palma

La situación es la siguiente: Decidí escapar de casa por un par de días. En el bar se encontraba el poeta Jorge Polanco, el crítico Álvaro Bisama, el editor y poeta Enrique Winter, un joven argentino y yo. No recuerdo perfectamente qué objetos se encontraban sobre la mesa, pero la conversación varió sobre distintos temas que parecían importantes, los lugareños alrededor preferían, por defecto, hablar de la vida misma y obviar las referencias bibliográficas que rebotaban de boca en boca en nuestro metro cuadrado aquella tarde. Valparaíso en verano habla distintas lenguas y no me pareció extraño que junto a nosotros compartiera ese espacio un extranjero, pan de cada día en el puerto, sin embargo, en un momento vi como él sacaba de una bolsa un montón de esquelas de notas, limpias, sin firmas ni afirmaciones, las estaba vendiendo y eran parte de su medio de sobrevivencia. Me ofreció unas que me parecieron vistosas por su diseño y el trabajo de orfebre que poseían, dos de los presentes colaboraron con el muchacho –que debo decir, era mucho mayor que yo- y que de un momento a otro me preguntó con una sonrisa sincera: “¿Conocés la Quetrófila?”.

Mi interlocutor era Lucas Funes, con el que no pude parar de reír durante esos días que vagué entre distintas casas de amigos. Me contó que estaba escribiendo crónicas de su viaje por Chile, de los escritores y personajes que había conocido, entre las que diagramaba sus visiones del paisaje y las eternas impresiones de un tópico tan antiguo como el Poema de Gilgamesh o la Odisea. Y me volvió a preguntar: “¿Conocés la Quetrófila?”. No podría articular –como el mal cronista que puedo llegar a ser- lo que se me vino a la cabeza cuando volvió a aparecer ese nombre, pero la pensaba como una máquina extraña, parecida, en mis divagaciones, a la que Franz Kafka describe en su cuento “La colonia penitenciaria”. La Quetrófila, tras un octavo de silencio, derivó de las tuercas y el castigo, a ser una revista literaria. Tiempo después, Jorge Polanco, me aquel singular nombre, a partir de unos textos que él e Ignacio Rojas (director de la revista Cuarto de revelado) habían enviado allende la cordillera.

En Chile siempre hemos admirado la capacidad editorial argentina, sentimiento que es ya parte de un complejo que nos aqueja principalmente en nuestros días. Por estos lados han existido elementos valiosos: La Mandrágora, La revista Atenea, Babel, El árbol de Letras, Mapocho, la efímera revista Cormorán, entre otras[1]. Todas ellas alejadas –al menos en sus primeros momentos- de la academia y sus terminologías, abriendo camino a la creación, el homenaje, la traducción y la discusión estética. Todas ellas –pensando a la distancia- llegaron a ser más que un sistema de posicionamiento dentro del canon, un panorama más que provincial, global, intercambios entre un afuera y un adentro que hoy se extraña, donde personas de distintos oficios podían compartir de la lectura, en menos de dos ediciones, de las traducciones de Ezra Pound por Armando Uribe o del monumental poema “Zona” de Guillaume Apollinaire, trasladado a nuestro idioma por Braulio Arenas. Hoy circulan por aquí y por allá unas hojas que a duras penas llegan a su tercer número, intentos de blog, y varios experimentos que esperemos lleguen a instalarse por un tiempo que podríamos esperar lejano. Esos casos nos alientan a valorar el trabajo que Ximena Venturini, Miriam Lutzky y Valeria Tentoni, que con menos de 26 años en la existencia, han llevado de cabo a rabo.

Su experiencia no puede ser para nosotros sino un gran empujón a aprender del prójimo, y en especial de una frase –componente esencial de su criterio editorial- que me ha quedado dando vuelta: “La mayoría de los cuentos y poesías llegan a la casilla del mail y en esos mails buscamos trabajos que sean prolijos y con algún destello de genialidad, porque para hacer una revista de medio pelo no la hago, con el trabajo que cuesta”. Esto junto a su presentación como “una poesía para recortar y regalar”, nos hace martillarnos la cabeza con la cuestión eterna del sedentarismo literario: “¿Qué estamos haciendo para llegar a otro?”. Ellas van a las fuentes, potenciando el piscinazo de escritores y críticos jóvenes, participando del apretujado paisaje de los kioscos de Buenos Aires, invitando a sus lecturas a extranjeros –como podríamos ser nosotros- entendiendo que la literatura es más que “el paraíso del tonto solemne”, como diría Nicanor Parra, sino un riesgo, algo así como la vida, y otro poco de la valentía de perder el equilibrio y esperar la contraparte. La Quetrófila es esa máquina de palabras de donde surgen pájaros violentos a participar del ritmo de la calle y el subterráneo, para ser leída y abandonada en el descanso de un ascensor o en una plaza pública, juventud a saltos contra las formas de poder y el comidillo literario, práctica de la escritura a fin de cuentas de lo que mañana podría ser una obra selecta o los desechos de autor de unos cuantos retirados o de otros exagerados cultores. Revisión del presente y de un pasado mañana con olor a tinta, uno que otro descubrimiento.

domingo, 3 de agosto de 2008

Martes en la Universidad del Desarrollo, Santiago

Página UDD, nota

“La Quetrófila”
Lanzamiento revista argentina de crítica y creación literaria

“La Quetrófila” es un espacio editorial que reúne lo mejor de la nueva generación de autores argentinos, en el que también han sido incluidos autores chilenos como Jorge Polanco, profesor de la Escuela de Literatura UDD, y Guido Arroyo. Revista a cargo de un grupo editorial que no supera los 26 años de edad.

Por estos días el equipo editorial de “La Quetrófila” visita nuestro país, hecho que no puede sino ser un intercambio potente de ideas acerca de los medios de publicación en nuestro país y las formas de distribución de las nuevas obras publicadas. Una oportunidad tanto para alumnos de literatura de la UDD, como de otras carreras, para ver el trabajo de cuatro jóvenes argentinas y los retos y demandas que exige la labor creativa en sus fuentes, es decir, en el papel.

El lanzamiento comenzará con la presentación del segundo número de la revista argentina, a cargo del poeta chileno Diego Alfaro, alumno de la escuela, y la escritora argentina Valeria Tentoni, directora de “La Quetrófila”. Tras la presentación se realizará una lectura poética – narrativa chileno trasandina.

Cuándo: Miércoles 30 de julio a las 19:00 hrs.
Dónde: Sede Lastarria /Villavicencio 395, esq. Lastarria /metro UC